domingo, noviembre 27, 2005

La peste

Ni siquiera tengo letras
Ni nada que contar
las palabras son para comunicarse
y yo no deseo contarle nada a nadie
ni a mi
ni a ti
No soporto las miradas
vacias
huecas
pero esta soledad me asquea
si al menos estuviera solo
solo de veras
pero no hay forma de esconderme de mi
ni de sus nucas
llevo dos semanas sin hablar con mi madre
no puede evitar juzgarme
no quiero juicios

lucidez
tal vez todo se deba a la lucidez
recuerdo la suave anestesia del hachis
como se tragaba mi tiempo
como me frenaba
hasta convertirme en un guiñapo
humano
son veintiseis dias ya
tiempo
sobra el tiempo
cuando nada te interesa.

Ya ni escribir sirve
no noto esa sensación
de melancolia dulce
de autocomplacencia
no noto una mierda
aun asi me obligo a seguir
por ver si resuelvo el acertijo
la maldición
trato de recordar tiempos mejores
pero todo se transforma en oro
oro frio y muerto
hasta las risas
hasta el amor me parece finjido
hace mucho tiempo que no me rio
bueno no tanto
este verano
cuando reencontré a mis amigos
acordarme de la risa siempre me hace llorar
es casi inevitable
no lo comprendo
pero se me saltan las lagrimas
al recordar la felicidad.

Amigos amigos amistad
no creo que exista
un concepto mas complejo
una mentira mayor
hasta el amor es mas limpio
mas sencillo.

Estoy harto de desconocidos,
los amigos no existen,
el amor es efímero.
Necesito un hogar

Aunque algo me dice
que terminare por prenderle fuego.


Tragad

martes, octubre 11, 2005

Otoño

Como cada año, me desprendo de cada una de mis hojas, las seco levemente y me dejo mecer por la melancolía, deliciosa a veces, aspera y solitaria tantas otras. Nunca sé si llegará una nueva primavera. Con mis ramas peladas es difícil imaginar tiempos mejores, brotes frescos y flores, insectos con buenas nuevas, mariposas con colores. Es mas sencillo dejarse atrapar por el desconsuelo, y pensar en los tiempos pasados, en el sol del verano y las caricias perdidas. Nunca sabré donde se esconde la primavera, ni porque el sol ya no calienta.

Sólo hay algo que no cambia, un ligero y perenne asidero.

En momentos como este,
con las ramas temblando,
la Luna es mi única compañía.

martes, octubre 04, 2005

Las soledades de Babel

Estas soledades ya no son tan solitarias. Este no es un rincón para contar mi vida, ni intento que la gente me conozca por medio de mis letras. Ni siquiera tengo la responsabilidad de ceñirme, en absoluto, a la realidad.

Babel esta condenada. Como cabía esperar.

Escogeré mi tribu y me marchare a otro lugar.

viernes, septiembre 30, 2005

El monstruo

Huid de mí,
esconded a vuestros niños,
levantad las barricadas,
dinamitad mi isla.

lunes, septiembre 26, 2005

Nunca le hable de amor.

Sin previo aviso. Sin saber de dónde saque la hiel. Hoy me decidí a abandonarla. Ella me llevo por el filo de la navaja, probandose, probandome. Yo la empuje levemente, y ahora estoy al otro lado, en el suelo. No se si la volveré a ver, no se cuanto doleran los besos que perdí, ni como quedará mi saldo de abrazos. Mi cabeza se pudre con los recuerdos y la culpa.

La luna me mira con desprecio.

jueves, septiembre 08, 2005

Piedras

Llevo ya demasiado tiempo
cabreado con todo.
Sin excepción.

Las piedras se apartan,
horrorizadas.

martes, junio 14, 2005

Eterno retorno

Nubes y claros, entre el calor y el aire acondicionado, verano trabajando, suspiros en extinción. Las musas caén sofocadas entre la hierba seca, las piscinas se llenan de carne humeante, las horas pasan lentas y muertas. Las manos sudorosas resbalan de los clavos ardiendo y aletean en la caída tratando de volar. Demasiado calor, la calima sale de las alcantarillas y se mete en mi boca, me ahoga, me atrapa y me obliga a tragar. Demasiado tiempo felíz te hace volverte tonto, de mentira, pensar, es importante pensar, dar un tiempo y un espacio a todo... y atarse un cabo para no dejarse llevar. Hay que salir del rio amable que fluye, ya como un hilo, pisar de nuevo tierra y huir del mar. Si no, si el mar llegase a atraparme, desaparecería entre sus olas monstruos sirenas, desaparecer para jamás regresar...

Obligado me veo pues a usar el suelo y caminar, el polvo del camino, las llagas laceradas, las noches al raso donde es imposible soñar. Se que en breve tendré otra vez alas y remontaré las montañas de la soledad, alli moraré un tiempo, mirando observando, mordiendo las nubes, pensando donde estoy y dónde quiero llegar... hasta que un día... oiga un murmullo, la salpicadura de un pie descalzo o una risa quizás... entonces arrancaré mis alas entre sangre y escamas, caeré al río, justo en su manantial, y volvere a fluir soñando con la sirena y el mar.

jueves, mayo 19, 2005

Ella que mira

A veces, la niña de los ojos grandes, mira. Y su mirada diluye toda la realidad, la cambia, la transforma... hace que deje de estar fuera, y que sólo exista a traves de sus ojos, esos ojos claros, enigmaticos, eternos como jamás vi.

A veces, la niña de los ojos grandes, mira. Y es una necesidad plegar las velas, atarse al mástil, y cerrar los ojos, aunque sangren, para evitar su mirada de sirena.

Quizá hoy, la niña de los ojos grandes, mire hacia esta torre llena de letras. Tal vez en ese momento todo cambie
todo se llene de palabras nuevas.

martes, mayo 17, 2005

Ahogo

Estoy en casa, cerca de la ventana pero no la miro, sólo hay árboles, coches y gente, poca gente. Aprieto los dientes, y trago el vacio de la boca, nada que tragar, nada que morder. El amor me esquiva y me ataca por la espalda, amantes que se enamoran y se hacen cada vez mas necesarias. Las amigas con ese olor rancio que queda cuando el amor se pudre por no nacer. Los jefes con sus miradas huidizas. Los jefes con sus planes estúpidos. El tabaco mal oliente. Tumores de mierda agazapados. El metro estropeado a primera hora de la mañana. Los planes que se agolpan en mi cabeza tratando de encontrar su sitio, les dejo revolotear, ya se cansaran y caeran en mil pedazos. La vida es un lugar extraño, complejo en apariencia, pero tan aburridamente simple que a veces me pregunto si esconderá algo más. Creo que deberia gritar... Es demasiado pequeño este planeta... las rosas nunca hablan.

viernes, abril 22, 2005

La maldición

Tras la apertura de la tumba
el faraón del desencanto
me tocó con su dedo muerto.

¿Acaso no hallaré jamás
nada que me satisfaga?

martes, abril 19, 2005

Hoy

Hoy vamos a intentar no hablar de trabajo, ni de jefes huidizos... vamos a intentar no hablar del tiempo, ni de estos nubarrones que acechan como lobos... intentemos no escribir poemas en el aire, de esos que se olvidan y se vuelan como las hojas del otoño... Tampoco vamos a confesar lo inconfesable, no vaya a ser que nos tachen de locos y nos persigan con sus hoces y sus hogueras... tratemos de no ser como todos, para que no nos confundan, ni nos traten como a ovejas mansas... seria estupendo que no nos perdiéramos en los sueños, por dulces y deseables que sean... pero tampoco quiero que nos llenemos de realidad, con sus aristas afiladas y sus bocinas de gris metal... Hoy tampoco hablaremos del futuro, con sus especulaciones, sus profetas y sus pitonisas... el pasado, tan lleno de recuerdos inventados y subjetividades cambiantes, no me interesa ya... y por supuesto... sería bueno no hablar del presente, ese soplo inexistente que ni el más sabio sabe alcanzar... intentemos no llorar por lo que no nos conmueve, y no gritar para que tan sólo resuene un eco.

Hoy no es un día para salvarse... hoy sólo se permite volar.

sábado, abril 09, 2005

Ella no viene a cenar


Ella no viene a cenar.
Los árboles se agitan.
Mueven el sol frío,
entre sus ramas.


viernes, abril 08, 2005

Nubenegra

Hoy estoy nublado, llamadme Nubenegra, como a un indio cabreado. No se porque, y seguramente no tenga motivos, pero a veces el señor Hide asoma, y hay que dejarle sembrar un poco de Caos para que se apacigüe y mas tarde se esconda.

Hoy tengo nubes por doquier, hoy le escribí al desamor sin ningún porque, hoy las horas pasan lentas, y yo aquí, sentado, cuando debería estar buscando un precipicio, al que gritarle blasfemias.

Respiro hondo el aire vació, aire hueco que no me llena, busco complicidades en otros gritos, pero el terreno de las decepciones, siempre fue un lugar solitario, donde los encuentros fugaces no pasan de ser una leve y breve luz negra.

Y mañana amanecerá otra vez, y los dientes apretados pasaran a la historia, se recordarán como una muesca mas de la pared, una borrosa anécdota, pero hoy, hoy mordería la mano que me da de comer, echaría sal en las heridas prójimas, robaría bastones, levantaría las faldas y huiría corriendo entre temibles risotadas.

O mejor, me conformaré con escribir tres o cuatro apuntes, en tres o cuatro paredes, haciéndome el malo y rabiando escondido, hasta que el día pase, y la desolación florezca. Esconderé la mano... tirare la piedra.

viernes, marzo 18, 2005

Los Lobos

Erase que se era una manada lobos, en ella vivía una hembra joven de muy poca jerarquia y no demasiado integrada con su grupo. Un dia cualquiera sin previo aviso aparecio un extraño, joven tambien, como ella, sin manada y solitario. El joven lobo intentó acercarseles, pero sólo recibia mordiscos, gruñidos y revolcones, no le querian alli, no era su sitio.

El joven lobo no sabia estar solo, asi que insistia e insistia. Mientras, la lobita, le miraba constantemente.

Un dia en el que los lobos habian cazado una presa y mientras que los mas poderosos comian, entre gruñidos y disputas, la ración correspondiente a su rango, apareció de nuevo el extraño.

La joven hembra aún esperaba su turno de comida, algun despojo mínimo que poder llevarse a la boca una vez hubieran terminado los machos y las hembras mas viejas de devorar los restos. Entonces le vieron, ellos no podian permitir que un extraño se inmiscuyera en su comida asi que se lanzaron a por el como lobos que eran, le atacaron, le rodearon, soltaban sus dentelladas... entre gritos y lloriqueos el joven lobo se rindió sobre su lomo.

Ella no le quitaba ojo, y aunque parezca imposible se podian leer muchas cosas en su cara. El joven solitario se marchó con las orejas gachas, avergonzado... y... de pronto... la joven hembra salió detras de el, se paró en un alto, miro atras, a su familia y se marcho corriendo tras sus pasos.

Los dos juntos corrieron por las praderas, trotaban entre flores, ella disfrutando de una libertad que jamás había vivido en su manada, el feliz por su compañia. El joven lobo la trataba exquisitamente, casi se diria que con delicadeza. .-"Sigueme... ven"- Parecia que decia, y ella trotaba junto a él. Entre juegos y bromas llegaron a una playa solitaria, donde yacia un pequeño cetaceo, no recuerdo si delfin o marsopa, que habia encontrado muerto un tiempo atras. Se le veia presumir frente a ella.- "¿Ves? Tengo comida, lo he cazado yo... soy un gran cazador, yo te conseguire toda la comida que necesites... ven... come... no tengas miedo"... entonces... los dos... empezaron a comer... juntos, sin gruñidos ni peleas, sin ordenes jerarquicos, sin prisas... tranquila y placidamente. Dicen que cuando un lobo comparte su comida, es que se ha enamorado. Dicen que si un lobo se enamora, es para toda vida. Y asi empezó una nueva manada en medio de la primavera.

Por supuesto el no volvió a conseguir una presa como aquella, es dificil para un lobo solo e incluso para dos, pero era primavera y los ratones abundaban... asi que... felices entre las hierbas, flores y amapolas pareceia que se decian... "yo contigo, pan y cebolla".

miércoles, marzo 16, 2005

La Casa de Campo

Siempre me trae recuerdos de la infancia, cuando bajaba con el colegio un viernes de primavera por la tarde. Esos chándales de colores, esas cuadrillas de amigos, las niñas tan extrañas, las guerras de agua o de ortigas. Bajábamos todos juntos, muy ordenados, al menos para nosotros, supongo que nuestra señorita no opinaba lo mismo, cruzábamos la carretera y allí estaba, un rincón de libertad a un minuto de nuestra puerta. Entonces bajábamos la cuesta, trotando como potros, llena de baches probablemente producidos por el agua, pero que parecían el resultado de algún misterioso terremoto, bajábamos bajábamos, hasta llegar al hoyo. "El hoyo" era (y es) un gran agujero de fondo plano, el mejor sitio par aun partido de fútbol, dejábamos las chaquetas en varios montones para hacer las porterías, soltaban el balón... y a correr. A los cinco minutos ya me aburría, pero siempre había opción de explorar un poco fuera de la vista de "la seño", siempre podías ir al riachuelo con los patos un poco mas allá... o quizá ser un poco mas temerario y acercarte hasta el árbol del ahorcado con sus ramas imposibles paralelas al suelo, maravilloso para escalar y subir por su corteza. Corrían mil historias acerca de este árbol, nunca supe si eran o no ciertas, pero no hace mucho descubrí un cartel, a su lado, donde pone claramente "Árbol del Ahorcado" de modo que, cierto o no y sea cual sea su historia, seguirá siéndolo mientras viva. Aunque ya no sea exactamente el árbol que recuerdo tras la caída de aquel certero rayo hace ya algunos años.

Mas allá, mucho mas allá para un niño de mi edad, estaba "la soga"... una cuerda gruesa colgada de un árbol sobre un arroyo, el arroyo Meaques. Allí se reunía lo mejor de cada casa, era un columpio genial para la gente demasiado mayor, demasiado "mala", demasiado importante como para utilizar un columpio de verdad... pero se columpiaban, saltaban a la cuerda, se balanceaban, de dos en dos, de tres en tres y caían al agua, los niños que aun no podíamos usar la soga, principalmente por temas de jerarquía, nos dedicábamos a mirar y a explorar los misterios de la zona. Un viejo bunker militar como una madriguera, ahora ya tapado, estaba a nuestra disposición. No olvidemos que eran otros tiempos, cuando los niños no necesitaban casco para golpearse la cabeza, entrar el bunker era un signo de valentía, pero al final todos acabábamos entrando... era un lugar lleno misterios, sólo de pensarlo se me ponen los pelos de punta... allí había de todo... gomas, revistas de tetas hechas añicos, seguro que jeringuillas, y todo tipo de roedores. Éramos niños, eternos e inmortales. Ahora ya no hay soga, ni niños, ni litronas... y no puedo dejar de recordarlo con nostalgia.

Recuerdo mil historias mas.... el banco... nuestra primera propiedad, el primer sitio al que llamar nuestro sitio, nuestro lugar de reunión, casi nuestra casa en un barranco entre árboles.. recuerdo mi primer sexo, amigos cantado, los loros y las botellas... y el tiempo pasó... y llegó el mal de amores... la soledad... la tristeza... los paseos sin rumbo, midiendo los pasos, sin prisa ni destino como la sombra de un árbol, sentado escribiendo, mirando, buscando, tratando de perderme en ese bosque tan cotidiano. Recuerdo las guitarras, los porros entre velas, el fresco de la noche... recuerdo... ... muchos, muchos recuerdos... la lejanía hace que recuerdes cosas... que las veas mejor que cuando estabas allí, mas bellas, mas hermosas... hace que pienses que fue una suerte vivir donde viví.

Ayer, todo era verdor, hierba nueva, suave, como un fino pelo de la tierra, los pinos exultantes, la tierra agradecida, sombras por doquier... y ... ¿lo ves?... entre esos dos árboles... no te muevas... mira... agachate... con las orejas grandes, blancas y penachos negros... ¿lo ves?... ahora corre, se marcha... ¿lo viste?... siempre es una suerte ver a uno de esos esquivos conejos, te hace sentir como quien localiza una presa en medio del África... recuerdo... otra vez recuerdo... las ballestas, unos curiosos cepos para pájaros que comprábamos en secreto, siempre me atrajeron las trampas de todo tipo, disfrutaba colocándolas, revisándolas, fantaseando y esperando, pero claro jamás cacé nada... quizás algún que otro dedo. Ayer no había flores, aun duermen, pero ya falta poco para que la primavera les susurre... venid... salid... despertad... y de pronto... sin previo aviso... todo se tiñe de colores e insolentes margaritas, los campos de amapolas se mecen al viento, y los pantalones se llenan de semillas.

martes, marzo 01, 2005

Mona Lisa

Me sentí como en casa,
me encantó oir su risa,
distante y cercana,
la contradicción de la Mona Lisa.

viernes, febrero 25, 2005

Las mujeres que pasan

Nunca antes habia estado yo tan acompañado como en estos tiempos que me toca vivir. Mujeres de todo tipo, comparten mis caricias, mis besos, mis sabanas y desconsuelos, ellas pasan, y dejan sus olores y sus sonrisas, ellas pasan, y van detras de otros amores o regresan a por comida. El caso es que aún así me siento solo... a veces me cuesta verdaderos esfuerzos sintonizar este sentimiento con mi realidad, y es que para estar solo lo mejor es que no haya nadie... al menos nadie que te mire o te toque... sólo las nucas estan permitidas.

De todos modos, no deja de ser agradable esta paradójica soledad.

jueves, febrero 24, 2005

La fiesta de disfraces

El sábado tengo una fiesta, una fiesta de disfraces en medio de la sierra ( alguna sierra ), iré con la de la boca grande, sus hermanas, sus cuñados, sus amigos y sus ... la verdad es que no sé que más tiene. Yo sólo tengo que poner un disfraz, un disfraz de fiesta. Complicado... ¿De qué podría disfrazarme?... ¿Ridículo?¿Tenebroso?¿Atractivo?¿Femenino?... si por mí fuera iría de hombre invisible... de almohada o sabana fría... o quizá de aseo de señoras.

Supongo que no pegaré ojo en toda la noche, cuando la fiesta termine... la nieve... las montañas... y ella cerca... y yo solo, en mi saco de dormir, mirando al techo... mientras da vueltas... vueltas... vueltas... ... Es el sábado, y creo que ya he bebido demasiado.

Un día cualquiera

En el trabajo dejando pasar las horas. No se porque nunca tengo demasiado que hacer... ¿será a causa de un exceso de eficiencia? ¿incompetencia tal vez?... el tema me preocupa.

Me he entretenido un rato preparando mirando tocando probando y oteando el horizonte desde esta torre recién creada. He escrito el correo diario a aquella chica de la boca grande que, si el desencanto no me alcanza, tanto me gusta... y bueno... aquí estoy esperando su respuesta, que como siempre será correcta, sin sangre, ni saliva, ni sabanas sucias, sin un triste mordisco para llevarme a la boca. Y aquí sigo, enviando y recibiendo, enviando y recibiendo, y molestando a los compañeros que osan a posarse por mi messenger.

Pronto será la hora de la comida... todo se repite... una y otra vez... como en un tiovivo... o mejor dicho... un tiomuerto.

El punto de partida

Hay dias, en los que la soledad es más que un sentimiento, más que una sensación. Hay dias en los que la soledad es lo único real, la única que nos escucha y nos mece. Dias en los que la soledad es nuestra única compañera, y le confesamos nuestros pecados, le lloramos nuestras penas y le proclamamos todas nuestras futuras venganzas.

Esta es la torre de mi soledad, el lugar donde nadie habla el idioma de nadie, susurros en el vacio.