sábado, febrero 06, 2010

El hada del desamor

Cuentan las antiguas leyendas,
que mas allá de las montañas perdidas,
donde nunca nadie se atrevió a llegar,
habita una pequeña ninfa,
un hada,
como la queráis llamar.

Cuentan que es grácil y pequeña,
de pelo ondulado y suave,
de pies descalzos 

y tenues manos.

También dicen que su cara
es una cara triste,
de una tristeza sosegada,
asumida,
como si llevara así toda la eternidad.

Dicen las historias que a veces,
sale de su mundo 

oculto y maravilloso
con un enorme río salado
que alimenta flores y piedras eternas.


Dicen, que al final de ese río
se encuentra una fuente de agua cristalina
que se retuerce en tres cascadas.

Rumorean que aquel 

que bebe de la cascada del Norte
es capaz de ver mas allá de la belleza,
de descansar en el filo de la noche
y escribir versos,
los mas bellos,
los mas desolados.

El rumor dice también 

que la cascada del Este,
esta llena de ilusiones y renovación,
aquel que su agua prueba
pierde el miedo a lo desconocido,
y se decide sin pausa 

a recuperar todo su tiempo perdido.

Por último, comentan, que al Sur
se encuentra la mas bella de todas,
verla es amar,
beberla es vivir sin que nada importe.


Aquel que encuentre su agua,
será feliz,
pleno,
un ser completo lleno de amado amor.

Me susurraron que 

el río que alimenta las cascadas,
ese río salado que termina en tan ansiados dones,
es un río sin manantial
que nace de un lago 

puro, muerto y estéril.


El hada noche tras noche,
pasea sus alas tristes por aquel yermo lugar,
tintineando,
derramando ligeros destellos 

como si fuesen lágrimas.

Si no fuera por ella,
el río se secaría 

y ya nadie volvería 
a suspirar,
crear o amar.

Dicen las historias que a veces,
sale de su mundo oculto 

y viene a visitarnos,
con su tristeza y sus pies descalzos.


Dicen que a veces,
en la noche dormida,
se acerca a nuestra piel 

y nos besa con sus secos labios,
y nos sonríe con su lejana sonrisa,
como una madre que besa y sonríe 

a un niño muerto.


Dicen que su cara es la pena 
y la soledad.

Cuentan que esa noche,
cuando el beso del hada te alcanza,
algo se rompe en tu interior.


Tu más preciado tesoro se marcha,
esa noche, fría y eterna,
tu alma se llena de desamor. 


Y una lágrima cae lenta,
mientras un suspiro escapa,
entonces, ella...
el hada de ojos sin lágrimas,
se traga tu suspiro para poder volar
e impregna sus alas en esa triste lágrima.

Después te da otro beso,
te acaricia como cura ante la enfermedad
y se marcha lejos,
para llenar de nuevo,

su río sin manantial.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso...

Anónimo dijo...

impresionante...