miércoles, julio 22, 2009

El descarriado

Todo el mundo mira al cielo. Todos con sus lentes negros absortos en la matemática intersección. Muy pocos sienten la tierra en ese momento delicioso. La primera sensación que recuerdo es el frío, ese frío que llega por sorpresa y que nos hace pensar que olvidamos la rebeca. Luego todo cambia. Los colores, las formas, hasta las flores se llenan de secretos. Todo toma ese extraño color irreal y violeta. Todo puede ser visto por primera vez, con dos ojos nuevos. Curiosidad.
Pero esto no es todo, si te descarrías un poco más y te atreves a mirar al suelo, verás las sombras. Las sombras vibrán. Se desdoblan. Se llenan de infinitos matices. Adquieren una vida propia durante esa extraña estación. Incluso nuestra sombra nos muestra otro yo deseoso de escapar.
En el próximo eclipse, olvídate del cielo, busca tus lugares comunes, callejones, bosques, o mejor, tu rostro favorito y deja que te sorprendan de nuevo.

sábado, julio 11, 2009

Sombra de invierno

Me gusta la gente que se ocupa,
de tí, de mí.
Los que creen que se preocupan,
no son más que sombras,
intocables,
ausentes...
fresquitas.